martes, 19 de agosto de 2014

V
 
Estiramos nuestros cuerpos para habitar el momento y estiramos
nuestros rígidos cuerpos para rascar el velo, el adhesivo
opaco del futuro. Al mismo tiempo las uñas están negras,
desgastadas de tanto anticiparse.
Nuestro cuerpo decapitado y manco
marcha como un autómata y reparte la ropa en los cajones
y habla por el ombligo de enfermedades y otras enfermedades
y a la vez
estiramos nuestro cuerpo para engullir la espera
y el maldito gusano en el agujero,
para hacernos agujeros de gusano y consumir la vida
trasladándonos siempre, en realidad.


Regina Salcedo


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